traía un pequeño vestido
y sus cabellos ondulaban
Parecía una mariposa
que volaba sorteando
los grandes edificios
La luz del Sol
le daba en los brazos
y en la espalda
Su cuerpo parecía miel
que brillaba
por los rayos
Pero cruel destino el mio
apenas su sonrisa fue mía
y sus ojos de Lunas llenas
1 comentario:
Por algo se empieza, la sonrisa es buen comienzo, ¿quién sabe? tal vez después se te llenen las manos de miel y los ojos de reflejos lunares.
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