sábado, 31 de mayo de 2008

El patio posterior de la casa

He estado mirando el patio posterior de la casa: la luz entra por una rendija para clavarse tenuemente sobre su piso mohoso. Parecería imposible que un rayo de luz pueda alcanzar ese rincón vacío del mundo, en donde sólo unos cuantos insectos se atreven a merodearlo. Muchas veces he pensado que es el lugar ideal para el crimen, no importaría que clase de crimen se llevase a cabo, cualquier situación macabra sería idónea para que se desarrolle entre sus altas y húmedas paredes. Es así que a veces despierto por las noches pensando que a lo mejor ya está ocurriendo algo, y me quedo en silencio escuchando los ruidos que flotan por el aire. A veces no se escucha nada y vuelvo a quedarme dormido, y en otras ocasiones sólo se escucha el lejano y quejumbroso silbido de una polilla, que ha pasado cortando el aire cómo si hubiese sido una flecha que ha sido arrojada desde la India.

martes, 20 de mayo de 2008

Disparos psicológicos

Quería encontrar la isla más apartada y solitaria del océano para estar seguro de que no iba a tener que verme con otras personas. Sin embargo nunca fue posible y hasta el día de hoy mi naufragio ha consistido en encontrar islas repletas de personas, personas repletas de palabras, palabras repletas de entusiasmo. Mi naufragio sólo ha sido una molestia que he tenido que sobrellevar inquebrantablemente. Un sueño disparado por un revolver y que siempre me destapó la tapa de los sesos.
Nota: me siento un poco en la obligación de declarar, por no herir a nadie, en caso de que alguien se pueda sentir ofendido, que todos estos textos no reflejan mi realidad ni la realidad de ninguna otra persona. Mi vida y la vida de las personas que conozco es de lo más normal. Sólo son situaciones ficticias hechas en un sentido puramente artístico y con la idea de desarrollar un estilo trágico. Todas son situaciones puramente ficticias. También menciono todo esto en caso de que se piense que mi realidad es la que se expresa en este u otros textos. En el caso de este texto, debo decir, en contra de lo que he escrito, que aprecio la vida y la relación con las personas. Pero como he dicho, es sólo el desarrollo de un estilo trágico. Gracias por pasar, a los que pasen. Y gracias por leer todo esto. Saludos.

jueves, 15 de mayo de 2008

La lluvia de la tarde del jueves

La lluvia cae como una cascada de muelas rotas sobre la casa. El ruido que provoca es lo más parecido a una marea de martillazos retumbando sobre el techo como si fuese la sinfonía que compuso algún idiota. Pero me pregunto, mientras mi mente vacila, si la lluvia no es otra cosa más que cuerpos desmembrados de ratas, trozos de juguetes de niños, pedazos de patas de arañas. Si no es acaso que Dios se ha querido matar de una forma estrafalaria.

martes, 13 de mayo de 2008

Diario de un fumador, primer día

He despertado maloliente, los pulmones me cuelgan como ropa vieja sobre el tendedero de las costillas. Enciendo un tabaco para que se me pase el malestar. En instantes saldré a comprar más tabacos. Es toda una obsesión la muerte, pero el problema radica en que se convierta en enfermedad. En vez de muerte una melancólica y lamentable postración en la mecedora del cuarto de la esquina.

domingo, 11 de mayo de 2008

El ferrocarril del Domingo

Cinco y cuarenta y cinco del amanecer, un tren bala atraviesa mi cerebro haciendo que las sienes reboten de su sitio y los pellejos de la piel sean sacudidos como el polvo de los andenes. Los pensamientos más pesados de la semana se han subido a este tren para regalarme un Domingo sacudido. Ahora ya se sabe que el problema de los dolores de cabeza dependen del atropellante viaje de un tren bala y que los trenes si viajan por el cerebro y no solo existen en los cuentos de hadas de Alemania y de Japón.

viernes, 9 de mayo de 2008

Paseo por las habitaciones de un castillo muerto

Hay un aire terriblemente nostálgico en todas las habitaciones del mundo. Una quejumbrosa y húmeda niebla que entristece cada músculo y cada fibra del cuerpo. Es una marea de sueños muertos guillotinando cada pequeño y tímido paso que da el cuerpo para llegar a otro cuarto desconocido y frío. Pero el cuerpo realmente no quiere viajar por el abismo de una poesía muerta, en su triste y frágil cerebro se ha instalado un enjambre de sueños paradisiacos latiendo como la ferocidad de un leopardo moribundo. Pero el cuerpo es una rueda que tiene que rodar a pesar de todo, por cada rincón y por cada pasillo de las habitaciones desmayadas del castillo del mundo.

viernes, 2 de mayo de 2008